sábado, 27 de septiembre de 2008

Epílogo I: Un Año despues

Ya pasó un año, y algo más. Pero no sólo ha pasado tiempo desde que hice las maletas y me dirigí a las húmedas tierras del Reino Unido. Han pasado muchas más cosas, que a los pacientes lectores de este blog van a sorprender… Sigan leyendo y descubrirán qué es lo que es.

Resumen para los olvidadizos: el soleado día del 27 de julio del año de nuestro señor de 2007, el alter ego de Daniel, alias DanQuijote, emprende un viaje hacia tierras desconocidas. Lo único que conocía de aquellos lares, situados al norte del Reino de España, es que sus habitantes hablaban una extraña lengua. Las leyendas también decían que la piel de estos seres era pálida cual leche de cabra y sus cabellos claros. También destacaban por su extraño gusto al elegir sus vestiduras y su apetito insaciable por viandas poco comunes.

Así que allí me dirigí, y aún pensando que mi aventura no se iba a alargar por mucho tiempo, mi mente y mi cuerpo era receptivo a todo lo que pudiera pasar, y no cerraba las puertas a las circunstancias que pudieran acontecerme, ya fuesen positivas o negativas.

Finalmente, tras ocho meses, el ocho de marzo de este año volví a besar el suelo patrio. Sentí que mi estancia en aquel país no tenía sentido por más tiempo y que el círculo se había cerrado. Al volver a mi tierra hispánica y ver de nuevo la luz del sol, dí a luz, cual gusano que metarfosea, cual cucaracha que cucarachea, pues la aventura marcó un final y un principio de un nuevo yo.

Y qué fue lo que pasó, pues, durante estos meses que cambiaron una personalidad como la de este caballero? Lean los capítulos, de principio a fin y descubrirán todo. Pero ahora sólo puedo hablar del después, del tiempo que vino luego, tras la aventura vivida, tras este despertar, del capullo floreado. Punto y aparte.

Las circunstancias favorecieron mi huida a Inglaterra, el destino quiso darme un empujoncito, y para allí que fui. Niños, no penséis que todo fue tan azaroso y que dejé todo atrás y me fui huyendo hacia delante. No fui tan kamikaze, aunque el aventurero romántico y arquetípico habrialo hecho así. Pero mi espíritu conservador y miedoso no dejo darme ese paso en el precipicio. Así que los niños y niñas impulsivos que no intenten imitarme en sus casas, a menos que estén bien seguros de lo que hacen.

Y pasados cinco meses de mi retorno, y desde el ángulo que me da el tiempo reposado, miro atrás, y comparo el antes, el durante y el después.

Y aunque es difícil muchas veces distinguir una diferencia, un cambio, una mutación, un revés, puedo decir y digo, que así fue conmigo, y que mi vida de antes no es la vida de ahora, ni la de después.

Qué bueno es de vez en cuando quitarse la piel, como hacen los lagartos, y dejar crecer una nueva piel, deshacerte de tu personalidad, de tus vínculos y de tus historias y empezar una nueva. No socavar más en tus vicios, virtudes y defectos, sino deshacerse de todo y empezar una nueva vida. Verte desde otro ángulo, como si tu vida anterior hubiese sido un sueño, salirse del contexto, matar al narrador de tu historia, tirar los apuntes y poner el contador a cero.

Después de estas metafísicas interpretaciones de la vida voy a contar de forma más mundana que pasó durante estos meses en mi vuelta a Hispania.

Llegué a Barcelona. No habían pancartas ni recibimientos. Mucha gente esperando a la salida de la terminal, pero ninguno me buscaba a mi. Se me presentaba el segundo capítulo de mi vida. Habría aprendido algo en Inglaterra, además de Inglés, o todo seguiría igual?

Que equipaje traía? Pues traía mi Certificate de Anís del Mono, que podía enseñar a los niños que me preguntaran si “Do you speak English?” También traía una querencia por el Sol, el chorizo y la sangre española. Traía, también el recuerdo de experiencias y mis friends. Allí dejé otra vida con un “Continuará”. Mi Justinita, a mi Juan Irene and Benja y Cata, a Johnny and Celeste, a Ben, the Iraki boys and many other friends.

Sí señor, siempre vamos dejando algo allí por donde pasamos, cual caracol baboso, pero aunque es doloroso por un lado es inevitable por el otro, si quieres ser humano. Experimentar de eso requiere, y como dijo el bueno de Siddharta, todo es cambio, y el cambio supone dolor. Aconsejo leer los principios del Zen para relajarse mejor que el prozac.

Después de estas largas English holidays tenía que ponerme las pilas. Llegué a mi piso de la perifería de Barcelona, un pisito chiquito pero suficiente para mi, cuco, si no fuera por mis bizarros vecinos que me putean un tanto. Allí eramos multitud, pues ambas dos habitaciones estaban alquiladas, una a Matias y otra a Nelly. Y cambié mi anterior concubino, el bestia humana de Matías por Nelly. El cambio se debió a una sencilla fórmula matemática, que dice que el desorden externo implica un orden interno inversamente proporcional y viceversa… Si de esta frase extraemos un silogismo y aplicamos la fórmula al Mateas, aplicando el valor "x"=celebro altamente calificado para las matemáticas, lo cual implica cierta disciplina mental, y despejamos la incognita, el valor resultante aplicable a Matias equivale al Caos absoluto que se creó segundos después del Big Bang. Y así era la habitación de Matias, era el inicio del universo. La vivencia y penitencia con Matias fue altamente gratificante y también válida como entrenamiento militar. Pero el temor a ser engullido por un agujero negro generado por el caos total que generaba, o de ser destruido por la explosión de una supernova, me hizo cambiar a Matias por mi amiga Nelly. Y bueno, que voy a decir de Nelly. Realmente no hay palabras que puedan describir mi vida con ella. Fue como un sueño hecho realidad. Hombres del mundo y los que lean este blog, no perdáis el tiempo e id a conquistar Nelly, pues es todo lo que un hombre puede desear, al menos desde mi punto de vista. Ella era sólo fue mi amiga, casi mi madre, la perfecta amiga y fue una experiencia tan, tan, tan bonita, que no la olvidaré jamás. Si me hubiesen pedido el perfil del inquilino perfecto no lo habría hecho mejor. Gracias al universo por ponerla allí.

Bueno, pues mi vida con Nelly fue sobre ruedas. Mientras tanto empecé a buscar por aquí y por allá un curro en el que currar. No sabía que quería hacer realmente en la vida. Lo que no quería era volver a viajar y a estar en hoteles y restaurantes. Mi vida en los últimos cinco años había sido así y no quería repetir. Así que pedí al Dios de todas las cosas que me ayudara. No sabía bien que hacer, y puesto que había probado de aquí y de allá, mi perfil aún no estaba bien definido, aunque mi mentón es prominente, como siempre me recuerda M. Sabía hacer un poco de todo y nada en particular. Sólo se que me iría bien un trabajo que pudiese al menos mantener mi inglés. Soy un hombre de ciencas létricas, es decir, me gustan las ciencias y las letras, y se suma en esta característica personalística, la curiosidad, la ambigüedad y por último, la indecisión. Pecado mortal que me ha marcado con cruz en mi espalda.

Justinita se iba a cambiar de trabajo y mudar de ciudad. Se iba a la tumultuosa Leeds a probar en un trabajo mejor pagado y con mejores feelings me dijo. Y mientras hacía ese cambio, ella tenía unos días de vacaciones. Decidimos pues que me iría con ella a Polonia a recorrer con ella esos parajes poloneses que Chopin inmortalizó en su música. De polacos célebres: El papa Juan Pablo II, Nicolás Copérnico, Lech Walesa, el mencionado Chopin y Darek. Describir mis andanzas por esas tierras, doce días y doce noches sería muy largo y necesitaría de un capítulo extra de DanQuijote, así que a quién le interese que lo comente y ya veremos que pasa. Resumiendo este viaje, puedo decir que fue una experiencia inolvidable a partes iguales.

Pues estando en la Polonia, en Skienewice, lugar de nacimiento de la sin par Justinea, me llamaron desde España de una empresa con nombre de superhéroe: PROMAX, diciéndome que querían volver a verme. He olvidado decir que anteriormente había hecho dos entrevistas, una previa con Promax y otra en una empresa de instalación de equipos de seguridad. Me llamaron de la primera, y claro, me olí que tal vez había sido nominado. No le dije nada a Justina, pues ella quería que viviese con ella en Leeds, pero era lo que menos me apetecía, y esa oportunidad podía ser muy buena. Mi Dios habíame escuchado. Era un trabajo con un muy buen horario, intensivo de la mañana, descripción redactor técnico, traduciendo y redactando manuales de los equipos de instrumentación de telecos que desarrollaban. Nunca lo había probado pero tuve la oportunidad, y la verdad, es MI trabajo. Combina lo mejor y lo que más me gusta, ciencia y letras, idioma inglés y algo de francés, una relativa tranquilidad, fuera de llamadas y presiones.

Así que empecé a trabajar en el dicho Promax, y no podía ser más feliz. Era el trabajo ideal. Para mucha gente puede ser un trabajo monótono y aburrido, pero para mi es perfecto, además que mis compañeros de departamento y especialmente mi jefe es una gente muy maja. Pero ahora que tenía un buen trabajo tenía que decir a la Justina que no iba a Leeds. Cosa que fue difícil e incluso traumática, pero que hice. Ella acepto, aún con reticencias evidentemente y enfados. Y nuestra aventura personal siguió adelante con algún que otra escapada que hicimos en ambos sentidos y con muchas horas de skype y una factura pendiente de pagar a timofónica por una cantidad bastante alta en llamada internationales.

Las vacaciones de agosto estuvieron dedicadas a pasarlas juntos, primero en su habitación de Leeds, el campamento base que me sirvió para visitar mis viejos amigos de York y saber de las continuaciones. De los amigos españoles que conocí durante aquellos días, casi todos volvieron a sus tierras. Alguien dijo por ahí una vez que Inglaterra era un país para pasar por él, pero no para quedarse a vivir. Y todos fuimos aves de paso. Menos Juan e Irene, chilenos de nacimientos e ingleses adaptados, que van mejorando y mejorando, a base de esfuerzos tremendos. Ideal pareja, fantásticos, luchadores incansables, que bueno verlos de nuevos, con Ben y Cata más grandes, y más tranquilos por cierto. Hicimos un encuentro, y vino el bueno de Maurizio, il cavalieri di York, también llegó Ana, la chilena que trajo el sol de sus tierras para fundir el frío ingles, todos igual, claro, cinco meses después que va a ser… Lo celebramos con Pisco que traje de España, bien preparado por expertos pisco soures, y unos deliciosos picas picas y ensalada que preparó Maurizio. Y allí pasamos la tarde noche y al día siguiente volvimos al campamento base.

Y otro día, entre otras cosas que hice que no voy a detallar porque se haría excesivamente largo, fui a casa de Johnny y Celeste. La última vez que vi a Celeste estaba embarazada, y por cálculos pensaba que debía de haber dado a luz un bebito. Y exactamente así fue, una bebita, la pequeña Keren, nombre bíblico, hermosa hija de Job, pues Johnny, altamente Cristiano - New Born, así le pusieron. Bien parecida es a ambos. Tiene la redonda cara de su padre y la nariz de su madre. No hacia la ñina más que comer y dormir. Celeste me puso al día de todo. Habían huido de York, pues Johnny había tenido problemas en el trabajo, aunque Celeste decía que era el impulso compulsivo que él tenía de huida siempre hacia delante, y con la loca vida que llevaban les habían amenazado de quitarle a la niña. Y huyeron a Harrogate. Harrogate es una de las ciudades de Inglaterra con mejor nivel de vida, podría clasificarse como posh o pijo, no hay más que pasearse por las calles, y ver lo cuidada y lo limpia que está. Yo me preguntaba que extraño giro del destino podía haberlos conducido allí. Una casa bonita, en medio de un lugar idílico. Allí estábamos. Dos plantas, pequeña pero suficiente para ambos tres. Y salió a relucir la verdad. La familia de Johnny, que es adinerada, les estaba manteniendo, al menos les habían dicho durante el primer año. Y gracias a la niña, que era una buena endulcificadora de la situación, les habían propuesto mantenerlos durante un año el alquiler de la casa y que después se espabilasen. Pero conociéndolos, no creo que pase. Johnny trabaja limpiando un centro comercial y Celeste está descansando y cuidando la niña. La verdad es que están hechos el uno para el otro. Son muy buena gente. Pero Johnny tiene el espíritu de un filántropo pobre. Es generoso hasta el punto de que la gente desconfía o lo toma por loco. Da todo el dinero que tiene y está ayudando constantemente a la gente, lo que hace que algunos abusen de él, o que lo tomen por loco. Allí estuve con ellos hasta el día siguiente. Eso fue todo. Me despedí de ellos con pena y pensando que qué más les podría pasar, viviendo en la incertidumbre constante…

Y eso es todo. Unos días más tarde de volver de Inglaterra, Justyna vino a Barcelona y nos fuimos a Menorca. Un hotel cerca de Ciutadella, con toda clase de lujos y todo incluido, comida, bebida y espectáculos. Y la comida era la ostia de buena, buen pescado, buena carne, bueno todo y hasta reventar. De allí me he traido cinco kilos que aún no me he podido quitar de encima.

Y finalmente, Justyna se vino a vivir a Barcelona. Trajo todo su material y la acomodé en la habitación pequeña. Tuvimos nuestros más y nuestros menos pero lo hemos ido superando. Ella es una chica inteligente que ha captado enseguida el castellano, que habla muy bien, aunque mezclando a veces con el italiano. Lo pasamos bien. Además que cae muy bien a mis amigos, es risueña y simpática, ese es su lado amable, su lado más travieso solo me lo enseña a mi. Fuimos a comer con mis padres, fuimos al Antikaraoke, al Tibidabo, de tapas, conocio a mis amigos de Teatro, de la Secta, del trabajo… Y ahora, se ha vuelto a Polonia a ver a su mama. El problema es que aquí no ha encontrado trabajo. Es algo pesimista, impaciente y derrotista, característica bastante común en los polacos. Total que ahora está en Polonia sin saber muy bien cual será su futuro.

Y yo sigo aquí, esperando…