miércoles, 19 de marzo de 2008

Cap. XV: y Último

Después del viaje con mi hermano por el sur de Inglaterra y Gales, todo fue muy rápido. Dos días más tarde de volver a York me examiné. Era el momento cumbre de mi estancia en York. Me presenté al examen IELTS, International English Language Testing System, un sistema de certificación del conocimiento del idioma inglés usado por organismos y universidades británicas para aceptar estudiantes o trabajadores. El sábado 23 de febrero fue el día de mi examen. Éramos unas cincuenta personas de varias nacionalidades, predominando el gen oriental entre todas. También había algún que otro musulmán y algunos hispanohablantes entre los que yo me encontraba. A las nueve de la mañana empezó el proceso de check in o registro. Una señora nos pedía el pasaporte, miraba que toda la documentación estuviese en regla y por último, dirigiendo la mirada hacia la persona, comparaba la foto del pasaporte con la cara, para evitar suplantaciones de personalidad. Siendo occidental debe ser bastante difícil diferenciar dos chinos parecidos, o una musulmana con la burka puesta de la que solo se pueden ver los ojos, como se dio el caso. Tal vez le levantó el burka para ver su cara real, o tal vez la foto del pasaporte es con el burka también, es lo de menos, lo que sí recuerdo es una sensación siniestra, sofocante, claustrofóbica cuando como un fantasma de negro la vi entrar en la sala. Sigamos con el examen. Los británicos son muy serios a la hora de cumplir protocolos y reglas, y en este tipo de exámenes oficiales más aún. Se siguen unas normas muy estrictas que pueden parecer absurdas para algunos pero dadas las últimas tecnologías tienen razón de ser. No se puede entrar con móviles o cualquier aparato más moderno que un lápiz, un boli o una goma de borrar. No tipp-ex, no calculadoras, no cronómetros. No se puede dejar ninguna prenda de vestir colgada de la silla, si se entra con chaqueta se debe de dejar puesta. Si tienes ganas de hacer pipi o popo, se ha de pedir permiso a un examinador, el cual coge tu pasaporte, te acompaña hasta la puerta del lavabo y luego de la meadilla te devuelve sano y salvo a la sala de exámenes. Tres de las cuatro pruebas fueron seguidas, sin descansos intermedios. Primero el listening, con solo una oportunidad para escuchar, luego el reading, con un texto más complicado de lo que me imaginaba y por último el writing. Tras la segunda prueba tuve que pasar por boxes y perder unos cuantos segundos en el lavabo, pero valió la pena y recuperé. La última prueba fue el speaking que se hacía individualmente. Afortunadamente todo estaba muy bien organizado, y a cada uno nos daban la hora aproximada a la que nos teníamos que presentar. Yo fui de los últimos, así que aproveché ese rato para quedar con Justyna y practicar mi inglés oral. Finalmente me tocó el turno. No estaba demasiado nervioso, más bien tenía ganas de acabar. Una señora mayor se presentó, me hizo presentarme, puso en marcha una grabadora y empezó el espectáculo. Ella era amable y afable, así que no se dio el caso del bloqueo por examinador cabrón. Comenzó preguntándome acerca de mi persona, trabajo, origen, etc… , y después de esto llegó el momento típico del tópico, un tema genérico del que se tiene que hablar durante dos minutos sin parar. Y el afortunado tema que me tocó fue gente que ayuda a otra gente. Yo no tenía ni puñetera idea. Total que mi respuesta tras un minuto de pensarlo fue Teresa de Calcuta. Ahora me rio de mi elección, creo que interprete mal la pregunta, que tenía que haber sido más genérico pero en aquel momento no se me ocurrió nada mejor, y lo mejor es que yo no se demasiado acerca de la vida y milagros de Santa Teresa, así que me inventé bastantes cosas, confiando en que la examinadora tuviese tan poca idea como yo. Tras el desastroso tópico, ella orientó un poco mejor el tema y fui remontando. Y así acabo mi examen. Era la justificación a mi estancia a York, aunque tampoco sentía excesiva presión. Pero digamos que tenía que sacar buena nota para sentirme bien y para justificar que durante estos siete meses he hecho algo de provecho, cosa que no está bien vista si no se hace. Total, que todo fue según lo previsto.

Después de acabar el examen me sentí liberado. Ya no tenía que estudiar más inglés, ya podía otra vez hablar mal y hacer lo que quisiera. Entonces empecé a cerrar círculos. Aún quedaban dos semanas por delante y fueron de las mejores y por otro lado de las más tristes por el adiós. La semana despues del examen la pase entre Londres y Maidstone. Estuve en Maidstone porque Justyna estaba alli debido a su trabajo. Planeamos que la visitaría en el hotel en el que estaría alojada y me colaría con ella para que la empresa pagase los gastos y nosotros gorroneásemos, y ya de paso que yo iba en dirección Londres, pasaría unos días visitando la gran urbe. Y dicho y hecho. Unos días más tarde me presenté en su hotel. Era un cuatro estrellas con toda clase de lujos y gratis: servicio de habitaciones, buena comida, sauna, piscina, baño turco, etc… Ella se volvió a York antes de lo previsto, así que yo me quedé el resto de la noche en el hotel y a la mañana siguiente me dirigí a Londres, ciudad que había visitado anteriormente pero que siempre tiene algo que ver. Visité lugares en los que no había estado antes, Chinatown, Soho, Trafalgar Square, el National British and Portrait Museums, dos días de intenso recorrido, de día y de noche. Me alojé en un hotel Generator, que va de moderno y de muy colegas, pero que luego es una mierda, aunque el precio era económico para ser Londres, 25 libras por noche en una habitación para cuatro. Y al día siguiente tuve la suerte, en el camino a la estación Victoria, de pasar por Buckingham Palace justo a la hora del cambio de guardia, del famoso y archiconocido cambio de guardia. Creo que tiene más publicidad que otra cosa. No es un espectáculo para masas. La gente se agolpa en las rejas y apenas se ve nada. Habían unos soldados que tocaban instrumentos, y entre los temas que sonaron, la banda sonora de James Bond, y otros temas populares. Luego unos y otros se pegaban gritos y por último los soldados salían del palacio y se perdían en el horizontes, a paso marcial. Eso fue el show. Tuve suerte, porque en temporada baja lo hacen pocas veces. Y seguí mi paseo hacia la estación de Victoria en espera del autobús que me llevaría a Leeds. Era lo más barato, el bus del megabus, un compañía low cost que funciona a través de Internet, porque el tren a Londres es muy caro. Mientras que el autocar me costó ida y vuelta 16 libras, el tren puede llegar a costar unas doscientas. Es muy curioso el funcionamiento de la compras de billetes de tren. El precio del billete viene en relación a factores como la antelación de la compra, la hora, el día y otros. Es parecido a lo que pasa con los billetes de avión. Además hay más variantes: que si lo compras y vuelves el mismo día, o durante el siguiente mes, o si lo dejas abierto, etc... Y así pasó otra semana y llegué a la recta final. A la fecha que tan lejos estaba hace tan poco, y que finalmente llegó. No me gustan las grandes despedidas melodramáticas, así que las despedidas fueron de poco a poco, de unos y otros. Un día fui a cenar a casa de Ben y su familia, otro día quedé con Pili para tomar un café y devolverle la guía, una tarde después de clase con mis compañeros de clase, con la que pasamos una noche bebiendo y riendo, otro día con Juan, Irene, Ana, Aline, que me invitaron a PiscoSower y de los que me despedí con casi lágrimas debido al estado embriagado en el que nos encontrábamos. Me despedí de mi housemate Jack, que el último día se sinceró y me enseño su nueva casa en Shangai a través de un vídeo que su mujer había filmado. Un adiós accidentado a Johnny y Celeste, que estaban preparando las maletas para huir a otro lugar, embarazados y huyendo de la mafia polaca. Y por último con Justyna, con la que pasé los últimos momentos de York en el pub de la estación de trenes el sabado por la noche. Pero aquí no acaba la aventura. Tuve un problema con el vuelo. Salía demasiado temprano y además en domingo. Al revisar los trenes desde York hacia Newcastle me di cuenta que no había trenes a esas tempranas horas. Mire otros medios de transporte y nada. Total que tenía que tenía que pasar la noche en Newcastle para llegar a tiempo al vuelo del domingo. Y decidí pasar la noche en el aeropuerto, una bonita experiencia que recomiendo a todo el mundo. Un aeropuerto es increíble. Está abierto a todas horas, todos los días del año. No cierra nunca. Y en Newcastle, aún siendo un aeropuerto secundario era igual. Disponía de una acogedora sala de espera que a esas horas estaba vacía, solo estaban dos o tres almas errantes como la mía. Saqué mi mochila, cargada con mas comida de la que podia comer, porque quise acabar con todo lo que tenia en la nevera. Y me dispuse a cenar. Eran las doce, me había hecho de forma ilícita con un libro de la biblioteca de York para pasar el rato. Y era lo que estaba hojeando. Me tumbé sobre tres o cuatro sillas y me puse la chaqueta por cojín. Y poco a poco fui cayendo en el sueño. Hasta que a las tres de la mañana me despertó el señor de la limpieza cuando estaba pasando el aspirador. Entre sueño y sueño llegaron las nueve de la mañana, hora de facturar y seguir adelante. Y el domingo 9 de marzo, a las 14 horas pisé de nuevo Barcelona.

Quiero agradecer a todas las personas que he conocido en York, por todo lo que me han aportado, desde algo de conversación, una taza de té o una pinta de cerveza, amistad, cariño, amor y sabiduría o diferentes visiones de la vida. Gracias a: Paul, Celeste, Johnny, Juan, Irene, Ana, Benjamin, Catalina, Ben, Aline, Pili, Pilar, Antonio, Gabriel, Leo, Tomasz, Eva, Martina, Ali, Hani, Hassan, Helen, Pam, Tracy, Lizzy, Donald, Marta, Luis, Jessica, Angela, Allen, Sarah, Jack, Diane, Diego, Caroline, Pete, David Dixon, Steve, Lynne, Jon, Jamie, Baszil, Miguel, Jinny, Maurizio, Kriszta, Lucas, Alan, Edgar, Ellie, Kaszia, Lorena, Karina, Miguel, Oli, Angel, Gabrielle, David, Hazel, Suzanna, Veronika, Chip, Steve Rice, Magda, all teachers and staff of York English School, all people of Spanish Meetup, York Social Forum, Quakers, Pagan Meetup, Oxfam, York University Church, York Library, Chinese Christian Church and the whole United Kingdom to help me in my way to learn English. Thank you so much.
En el primer capítulo narraba la tristeza que sentí cuando pensaba en los amigos y amigas que dejaba en España, en este capítulo he sentido lo mismo, pero hacia los amigos y amigas que he dejado en Inglaterra…

Pero todo lo que empieza tiene que acabar,

Y llegó el fin a este capítulo de mi vida,

Hasta nunca,

Se despide Daniel DanQuijote