jueves, 9 de agosto de 2007

Cap. II: Mi casa, telefono

Hi! Gracias por todos los comentarios y los emails de apoyo. Muchas gracias, se agradecen cuando uno esta lejos de sus amigos!!! Por otro lado quien quiera puede hacer comentarios sin necesidad de estar registrado. Y en cuanto a los acentos, el teclado ingles desde el que escribo no me deja, asi que perdonen las molestias que pueda provocar. Otras palabras si tienen acentos porque las escribo desde el teclado de mi portatil. Dicho esto vamos al grano.
Hoy voy a explicar en detalle como hice hasta llegar a esta habitación, desde donde os escribo con afecto y tranquilidad. Lo primero para huir del pais de España fue coger el tren camino del aeropuerto. Cuando iba en él, una señora junto a mi se pone a moquear y acto seguido veo que le cae una lágrima y que se está conteniendo en lo posible. Al verla me contagia la tristeza y se me hace un nudo en la garganta pensando en los amigos que dejo atrás durante un tiempo. Fue el momento melodramático de la jornada. Superado el mal trago llego al aeropuerto y tras hacer tres colas (cada vez el aeropuerto se parece más a portaventura), varios cacheos e identificaciones, llego al avión y me hago con mi asiento. Llegada a Newcastle, y empieza mi periplo en la lengua de Chespir. Cambio de Euro a Libra, previo pago de comisión por parte de los mangantes de turno. Los ingleses lo tienen todo bien señalizado y sabiendo leer y un diccionario de bolsillo todo se supera. Desde Newcastle hasta York, trayecto de 55 minutos en tren al módico precio de 20 pounds.

Cuando llegué a York esperaba un recibimiento triunfal por parte de las hordas inglesas. Pero no fue así. Nadie me esperaba con una pancarta de bienvenida. Envié un mensaje a Paul y me quedé esperando tristemente en la estación de tren hasta que Paul me llamó para explicarme lo que pasaba. Había habido un problema de descoordinación entre ambos y el no había apuntado en la agenda el día de mi llegada y por tanto no había hablado con el landlord de mi llegada. Y este no había preparado la habitación. Así que tuve que irme al hostal cual niño huérfano.

En el hostal me tocó la habitación 12, y escogí de las literas que había la cama de arriba junto a ventana. Nunca olvidaré esos días de compartimiento y fraternidad con seres de todo el mundo. La habitación tenía una capacidad máxima de 20 unidades, de sexos indiferentes. Mi maleta quedó aparcada a un lado con el candado y usaba la parte superior de un armario que tenía junto a mi para depositar mi kit de supervivencia básico: cepillo de dientes, pijama y mochila de andar, más papeles que iba acumulando con información de posible utilidad. Esos días los aproveché para patear por la ciudad e ir de arriba abajo y de izquierda a derecha. La ciudad es laberíntica, de tal forma que hace hasta poco tenía que ir con el plano y la brújula para no perderme. Cuando llegaba al hostal estaba destrozado, así que me metía en la cama y a dormir como un lirón. Normalmente la gente era muy responsable y a las diez estaban todos durmiendo. De ello deducí que no había ningún español en la habitación. Al día siguiente uso de ducha comunitaria (aquí sí que estaba diferenciada por sexos, !!??) y otra excursión.

Uno de esas noches fui a casa de Paul, para ver la casa y habitación que me iba a tocar y de paso gorrear cena y ver una película del genero freak del que es seguidor. Cuando entré en la casa, mi sentido olfativo notó un cierto olor a húmedad, a falta de ventilación. Y mi vista detectó elementos sospechosos en la moqueta y un caos generalizado, ejemplo contrario al fengshui. Mi sentido arácnido se volvió loco e inmediatamente me di cuenta que esa casa no estaba hecha para mi, por muy barato que fuese. Así que al dia siguiente me puse a buscar habitación en condiciones higiénicas más adecuadas a mi persona.

Paul me dio un teléfono de una agencia que conocía y era de fiar. Llamé y tras unos sorry, what y pardon de ambas partes conseguimos hacernos entender utilizando los sms. La habitación me gustó, aunque esta sin amueblar, en cueros totalmente, solo tenía la cama, pero está limpia y solo la tengo que compartir con dos personas más (la casa), muy buena gente por cierto, Jack, camarero de origen chino y Lynn, mujer emprendedora, magistrada, profesora de inglés y futura entrenadora de perros de seguridad y camionera, entre otras cosas. Mi habitación da a la parte trasera de la casa, con vistas al bucólico horizonte inglés, y puedo ver en directo la puesta de sol todos los días (la retransmiten a las 20:00, en canal horizonte). Hay hueco para meter a alguien si viene con el saco. Es costumbre en el lugar usar moqueta para cubrir todo el suelo, lo que hace que puedas andar descalzo o tirarte al suelo de forma bastante agradable, aunque tiene el efecto de generar con el tiempo ciertas pelusas que se van agrandando hasta peligro de ocupar gran parte de la habitacion. También tengo una chimenea de postín. Aparte del coste de la habitación (55 pounds por semana), tengo que pagar electricidad y gas, que se pagan mediante un sistema antediluviano que consiste en ir al super con una tarjeta que tiene incorporado el contador y recargarla tipo móvil. Con el tiempo e ido llenando la casa de trastos y cosas que he ido consiguiendo por ahí, ya sea comprando, cogiendo o robando. Y desde aquí me despido, 49 Eldon Street, York, North Yorkshire. Bye!!